Llegar a un final sin que eso
sea algo parecido a un tesoro.
Y sin embargo los logros de este final
relucen mucho más que cualquier punto
en el centro del mejor espacio del mundo.
Esos logros te dejan en el medio
de un desierto y ahí los pastos secos
cruzan la tierra, y vos, bajo el cielo intenso,
seguís viaje con la mirada.
Ya no hay que llegar a un punto.
Ya no hay uvas en el plato.
Están, como dije, el desierto inmenso,
el pasto viajando gracias al viento
y el cielo ocultando lo demás.
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