Hoy volví al campo con mis hijos en bici.
Día frío con el sol ocultándose entre los eucaliptos.
A los costados, los mismos animales y la mismabasura esporádica, los mismos árboles sin hojas,
esos cuerpos que adoptan la forma de jóvenes oradores.
A la ida y a la vuelta la misma obsesión
por escuchar el silencio y no pensar en nada.
A la ida y a la vuelta, también
por escuchar el silencio y no pensar en nada.
A la ida y a la vuelta, también
la intención firme y cariñosa
de disfrutar de mis hijos.
de disfrutar de mis hijos.
Se puede disfrutar de los hijos
más de lo que ellos disfrutan de nosotros.
más de lo que ellos disfrutan de nosotros.
Aunque en verdad no estoy seguro de eso
como no estoy muy seguro de la mayoría
de las cosas más o menos categóricas
que se me ocurren.
Unos chimangos van hacia donde
termina de irse el sol.
De eso no tengo dudas.
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