Un barco hundido en la costa,
un barco que veía de chico.
Tiene manchas negras que son
mejillones, un barco oxidado
por un agua azul oscura
en partes plateada.
Ve sus algas fosforescentes.
Lo sube y lo baja, una y otra vez.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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