sábado, 20 de marzo de 2021

2

 Eras un monje que iba por las nubes 

de los cielos mejor pintados de las iglesias. 

 

Lo cercano tendía a distenderse. 

No tenías una exigencia determinada. 

Escuchabas crecer a las flores 

pero sin una familia. 

 

Solo los perros te seguían. 

Hablabas con Cristo y sin embargo 

no estaba claro tu rumbo.

 

 

 

No hay comentarios:

A la hora de vivir

  Estuve en la casa de las afueras de la ciudad. Durante la noche, las gotas sobre el techo de chapa siempre me producen la felicidad que ce...