Porque ibas en bici
el canto de los pájaros
te relajaba y anochecía.
El aire era cada vez más frío,
los sonidos cada vez
más lejanos.
Y por un momento,
todo tenía sentido.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
No hay comentarios:
Publicar un comentario