Esa mañana
te levantaste
con la sensación
de malestar
que te persigue.
Sin embargo,
en lo más verde del pasto
estaban los pájaros.
Volvían a los árboles.
Y los miraste un buen rato
para llegar
a lo presentido
alguna vez.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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