Una garza,
ajena al fin del día,
caminaba sobre
plantas flotantes.
Se veía la luna
sobre el agua azulada.
Por la orilla, viste también
la luz de una potente linterna
que alguien usaba
en una balsa.
Entonces, gracias
a la luz, se movieron
las hojas del sauce
y solo disfrutaste
del ir y venir
de las ramas
sobre el agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario