Apenas los remeros
se lanzaban por los canales,
subías a la terraza
para quedarte apoyado
en la baranda,
atento a sus piernas
y a los roces casuales.
Caía el sol. Hablaban de lo lindo que sería ver un faro a lo lejos. Una gaviota, al ras del agua, enfrentaba el viento. Contaron l...
No hay comentarios:
Publicar un comentario