En ese mar
querías estar separado
del cuerpo.
Limpio, ibas,
recalabas en el fondo,
subías entre algas verdes,
fluorescentes, larguísimas;
y emergías, eras capaz
de ver lejos.
O eso te pareció
por un instante.
Estuve en la casa de las afueras de la ciudad. Durante la noche, las gotas sobre el techo de chapa siempre me producen la felicidad que ce...
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