En ese mar
querías estar separado
del cuerpo.
Limpio, ibas,
recalabas en el fondo,
subías entre algas verdes,
fluorescentes, larguísimas;
y emergías, eras capaz
de ver lejos.
O eso te pareció
por un instante.
En la orilla, veías el mar a la espera de una tormenta mientras tus hijos jugaban a un costado. Pensabas en tu padre y en sus éxitos. ...
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