Los peces saltaban
a medida que el frío
perdía fuerza.
El agua se iluminaba,
las golondrinas repetían
sus vuelos circulares
y vos descubrías
que te podías acostar
sobre el muelle
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
No hay comentarios:
Publicar un comentario