Pisaste unas hormigas
y aparecieron las tragedias
que podrían tocarte
en la incipiente tibieza
que ronda los campos
cuando amanece
y la niebla persiste
hasta que el sol
sobre la tierra helada
se eleva.
En la orilla, veías el mar a la espera de una tormenta mientras tus hijos jugaban a un costado. Pensabas en tu padre y en sus éxitos. ...
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