Esos perros
dos por tres aúllan
en las noches heladas
ante el agua dulce y negra.
Y todavía siguen ahí
cuando el sol aparece
y el frío cede.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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