Se trata de una pequeña cuesta donde se puede ver bien el paisaje. Y después, la felicidad. Lo conocido. El sol en tu cara. La extensión de un paisaje. Los pájaros alrededor . Las olas, imaginadas, a lo lejos y por doquier, en un terreno inmenso y convexo, cactus que alojan una impronta primitiva que te ayuda a ver lo esencial. Después, un hombre muy viejo pasa: el fin de todo lo conocido...
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