Mientras le sostenías la mano, señalando hacia el cielo, le dijiste: “Esa nube tiene una forma perfecta.” Y agregaste: “Es para parecida a tu cuerpo.”
Después, mirándola a los ojos, convencido de que no iba a ceder, le pediste que no se fuera. Y ella dijo: “No me voy”. “En el amor la clave es la entrega puntual...”, le habías dicho poco antes y tal vez esa frase fue clave.
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