No había nadie en el parque.
La ciudad será otra vez bellísima, dijiste.
El viento movía laureles rosados y blancos.
Alguien había plantado uno de cada color
en una fila que tendía a arquearse.
¿Fue solo un sueño?
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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