Estábamos en una mesa de una café
y dijste: Mira que linda es. En el centro
de la mesa, adentro de un florero,
con la forma de una lágrima,
había una rosa.
No la podríamos definir, agregaste,
porque a medida que más lo intentamos
más nos demuestra lo imposible que es
trasladar el sentimiento que nos despierta.
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