En ese entonces soñaba seguido que estaba en esa isla que me había impresionado tanto. Me soñaba cavando en la arena de una playa rodeado de gigantes que me decían que podría regresar a mi casa en la medida que sea más aplicado en el trabajo. Los miraba y seguía cavando. Creo que ese sueño tenía que ver con el hecho de que por ese entonces había entrado a trabajar en la oficina de un ministerio. Uno tan siniestro como cualquier otro, y en ese edificio de los años cincuenta pasaba mis días consagrado a trámites, gestiones y expedientes, y sobre todo a personajes anclados a los modos opacos de la burocracia. Veinte años me dediqué a eso. Sí, veinte años enteros.
Archivo del blog
miércoles, 18 de octubre de 2023
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Acrópolis
Aún te creías capaz de realizar un progreso importante. En tu infancia, un lobo marino se acercaba a tomar los peces que ponías en la ...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario