Estaba en el mar un día sin viento
tirado de espaldas boca arriba.
Cuando me incorporaba, al lado mío, tenía una isla tropical
con monos aullando .Me recordaban a unos enfermos mentales
que conocí en una colonia que había en un pueblo perdido.
Como los monos seguían aullando, decidía alejarme a nado
sin importarme si me podía ahogar en mi intento
de llegar a otra orilla que ni siquiera divisaba.
Y mientras braceaba, me daba cuenta de que una ballena
me había subido a lomo y me llevaba sobre el agua como un alíscafo.
Pronto llegaríamos hasta el puerto de mi ciudad.
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