Caía el sol. Hablaban
de lo lindo que sería ver
un faro a lo lejos.
Una gaviota, al ras del agua,
enfrentaba el viento.
Contaron los barcos.
El agua es el número cero,
dijo ella cuando entraron
a una iglesia construida
sobre pilares en el agua.
Y agregó: La tuya
es una historia
bastante tergiversada.
Pero la historia era cierta:
habías sido monaguillo
en esa misma iglesia
donde debajo corría el agua.
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