Para avanzar en el arte debo volver mis acciones más humildes. Mis actos, ahora que lo razono, deben nacer de pensamientos que no superen mis fuerzas. Si vuelvo a pensar con las mismas premisas de siempre, llegaré a los mismos lugares.
Mejor ser sincero: estoy encerrado en mis caprichos. Una prisión en la que pretendo hallar libertad —un absurdo. Un plan: vencer las resistencias; abandonar lo conocido y transitar la incomodidad. Ojalá pueda, desde lo más simple, entender los procesos; disfrutar de la magnífica insignificancia que encaro en el universo. No será fácil: tiendo a cambiar solo ante la catástrofe.
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