Archivo del blog
miércoles, 22 de agosto de 2012
Una madre
Esa que en la noche se arropa a sí misma
hasta conciliar un sueño que nos tienta a creer
que las vivencias son ilusiones donde uno
no toma contacto con el otro sino que evade
con éxito la propia sensación que impulsa
un andamiaje que, como puede, a los manotazos,
se esfuerza por lograr lo que no termina
de fijarse nunca y por eso avanza
sin un punto preciso y sin que nadie
pueda nombrarlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El valle de los templos
Día con una intensa lluvia desde el amanecer. Son la una y treinta y ocho de la tarde; veo el fuego en la parrilla. Planeo un asado a pesar ...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Viajo junto a un hombre pequeño, de mirada afable, con un gesto de humanidad comprensivo con el prójimo. O al menos lo supongo cuando lo s...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario