Cuando uno toca al otro, y siente ese placer que es el otro, uno se ilusiona por todas las cosas que puede significar el encuentro. Sólo después entiende que los significados son como la explicación de los sentimientos, pero que no son más que teorías. Lo que está espectacular es el toqueteo, eso que uno hace, el momento, tocar al otro, el beso, las lenguas. Todo lo que supone el contacto con alguien que, al igual que uno, sigue la corriente, la emoción. Y sin saberlo, uno descubre que los significados son la explicación de los sentimientos más que de los fenómenos en sí. Y sigue con los besos, y disfruta.
sábado, 29 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuando apareció la primera estrella
Esos días tus padres volvían a organizar los tés de invierno con la chimenea prendida. Supongo que para imitar a tus abuelos cuando hace t...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
El estruendo interno como fuente de toda perseverancia así debería ser, así deberían consumirse los días y los cigarrillos imaginarios que...
1 comentario:
como yo ayer con Morita en el portal de su casa en Esmeralda a las 4 de la mañana.....
Publicar un comentario