La mente como
una caverna que continúa y por momentos llega a ríos subterráneos llenos de
anguilas fluorescentes que nadan entre algas.
Así va uno,
con pensamientos inscriptos en caminos que parten de lo inaccesible.
En la orilla, veías el mar a la espera de una tormenta mientras tus hijos jugaban a un costado. Pensabas en tu padre y en sus éxitos. ...
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