La mente como
una caverna que continúa y por momentos llega a ríos subterráneos llenos de
anguilas fluorescentes que nadan entre algas.
Así va uno,
con pensamientos inscriptos en caminos que parten de lo inaccesible.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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