Una montaña que se abre
para que salgan un grupo de flamencos
en busca de un espejo de agua inmenso
que, según saben, los espera a mucha altura
para que ellos contemplen el agua
y sean a su vez contemplados
desde el fondo por los peces.
lunes, 28 de julio de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuando apareció la primera estrella
Esos días tus padres volvían a organizar los tés de invierno con la chimenea prendida. Supongo que para imitar a tus abuelos cuando hace t...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
El estruendo interno como fuente de toda perseverancia así debería ser, así deberían consumirse los días y los cigarrillos imaginarios que...
No hay comentarios:
Publicar un comentario