Existen energías arquetípicas en el universo que se ubican en determinado tiempo-espacio y, desde ese núcleo, generan efectos en los seres.
La correspondencia arquetípica, sin embargo, es otorgada desde la tierra, que es el espacio donde se vivencian las potencias y son, además, interpretadas -que es algo distinto-.
Pensado de este modo, resulta intrigante por qué un determinado espacio del cielo puede tener una energía arquetípica -hablo de un signo-. Y por qué su influencia se manifiesta al momento de encarnar en este mundo y durante la existencia también e incluso después.
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