Nada sabe el pez
de la tormenta de viento y lluvia
que hay afuera de su reclusión
momentánea en una cueva
que lo protege de los
vaivenes que tiene el fondo
en concordancia con el afuera.
Y sin embargo, es capaz de soñar
con su imagen. Se ve con un fondo
verde en un magnífico cuadro
que evoca su ir por los mares
durante tiempos mejores
que, supone, volverán pronto.
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