El pan de la mañana
que tomo para mí
es un hábito que debo valorar más en toda
su dimensión práctica y mística.
Y digo esto último, no en un sentido elevado, sino
en su acepción más simple.
Me desperté a las nueve de la mañana después de dormir atento de alguna manera a la posibilidad de sentir la bocina de un auto que pasa a bu...
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