Los caballos se desbocan por calles
con límites difusos gracias a la niebla
que envuelve estos días de invierno
que no rugen, ni hablan, ni muestran nada
que no les sea propio.
Caía el sol. Hablaban de lo lindo que sería ver un faro a lo lejos. Una gaviota, al ras del agua, enfrentaba el viento. Contaron l...
No hay comentarios:
Publicar un comentario