Los caballos se desbocan por calles
con límites difusos gracias a la niebla
que envuelve estos días de invierno
que no rugen, ni hablan, ni muestran nada
que no les sea propio.
Me levanto después de vivir una serie de sueños intensos que quieren dejar ir miles de millones de eventos que no se drenan, permanecen a l...
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