Los caballos se desbocan por calles
con límites difusos gracias a la niebla
que envuelve estos días de invierno
que no rugen, ni hablan, ni muestran nada
que no les sea propio.
Amanezco en el hotel en el medio de la reserva ecológica cercana a Iguazú. Las cosas parecen encontrar una calma. Sobre el fin de la tarde...
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