En ese tiempo los días
comenzaban
con la certeza de que estabas
en un lugar
y en un tiempo en
expansión.
Había en algún lado un
ratón jocoso y alegre.
Desde la mañana
las cosas se iban hacia los tonos de luz
que tenían las olas. Hacia el verde incluso del parque
que tenían las olas. Hacia el verde incluso del parque
y el rosa purpurado de sus
hortensias.
Todo se orientaba hacia el calor inexorable de la arena,
en el fuerte deseo, cuando te echabas a descansar,
y todo lo voluptuoso que
había estaba en vos.
Todo se orientaba hacia el calor inexorable de la arena,
en el fuerte deseo, cuando te echabas a descansar,
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