Cuando te informaron que debías
irte para no volver,
descubriste nuevos
detalles en la célebre fuente que tanto
habías admirado todos
esos años
en que los pájaros se
posaron,
una y otra vez, sobre el
mármol, y siguieron.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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