Fue al taller esa mañana
y pensó
en las cosas que se iban
de su alcance,
en los amores, en la raíz
fuera de la tierra negra.
Y permaneció en los días,
acomodándose uno detrás del otro,
en un matiz de indiferencia.
acomodándose uno detrás del otro,
en un matiz de indiferencia.
Supuso que eso es lo que otorgan
sin concesiones los años
y quiso esculpir la piedra de una manera
versátil y al mismo
tiempo permanente.
Y la piedra llegó a tener con los años
un poco de lo que rodeaba ese tierno impulso.
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