por los confines y queriéndonos mucho
nos dimos de todo.
Los árboles de todas las plazas
crecen como nunca antes.
Nos adentramos en las penumbras acechantes.
Ya los pájaros llegan para interpretar
la cúspide magenta de los cielos.
De pronto, todo en mi vida era perfecto. O tal vez, ideal en el sentido de que era todo lo que debía ser. Y cuando digo todo, hablo tambié...
No hay comentarios:
Publicar un comentario