aún cuando no compartamos sus habituales senderos.
Y ya no necesitamos juzgar sus acciones ni concluir demasiado
porque vemos en esencia un lugar donde hay pirámides
con noches y días donde ocurren sutiles fenómenos
que vibran con otras realidades que nosotros,
así como no podemos dimensionar el infinito,
desconocemos. Y agradecemos eso.
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