que brille más allá de su propia luz.
Esa es la dificultad más grande.
Como vivimos en la ignorancia
no podemos captar la magnitud de nuestro poder.
Volcamos en los otros la medida de la fuerza
y desconfiamos de nuestra libertad
para construir sentencias validadas tan solo
por la tranquilidad que da el amor
sentido, profundo y calmo,
fruto de un trabajo esmerado
y sobre todo profundo.
Una gota permanece en la superficie
a la espera de ser liquidada por la inmensa luz.
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