dejamos de creer en las fábulas o en algún tipo
de verdad o salvación posible, y nos encomendamos
a nuestros propios límites.
Y con ellos vamos a la espera de algo superior o mejor.
O incluso a la espera de un manto de luz que nos provea una paz
duradera y excepcional. Pero después, casi enseguida,
sabemos que ese camino involucra un montón de tiempo
en el horizonte lejano.
Y sin saber si eso es en verdad posible, hacia allá vamos.
Por eso nos decimos valientes.
Y con ellos vamos a la espera de algo superior o mejor.
O incluso a la espera de un manto de luz que nos provea una paz
duradera y excepcional. Pero después, casi enseguida,
sabemos que ese camino involucra un montón de tiempo
en el horizonte lejano.
Y sin saber si eso es en verdad posible, hacia allá vamos.
Por eso nos decimos valientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario