Una noche bajo un cielo tormentoso
queríamos armar un discurso
capaz de dar con la verdad de las cosas
para ponernos arriba y gozar
de una especie de inmunidad.
Pero una y otra vez notábamos
que el esfuerzo era en vano:
nada de lo que decíamos
lograba captar la complejidad
de un lugar o hecho que describíamos.
Y chocábamos contra esa verdad cada vez
que queríamos ser dueños de ella.
Hasta que notamos que también nosotros
estábamos encerrados en cierta época.
Lo dicho nunca es suficiente para describir
lo que este universo genera, dije.
Los eventos ocurren y atrás vienen
las construcciones para apoderarse
de hechos y ganancias con el fin de generar un poder
que aliviane la caducidad de las cosas, agregaste.
Éramos después de todo elocuentes.
Y complacidos nos dijimos buenas noches y callamos.
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