martes, 9 de abril de 2019

Por fin hay paz en el Valle

Por fin hay paz en el valle,
las abejas han tomado control de los plantíos,
los pájaros se animan a cruzar los pequeños charcos a nado,
ninguna voz disonante sale de la iglesia
(ahora más deteriorada que antes).

El viento es suave, ligero como hacía tiempo
no eran ligeras las palabras del padre, 
quien ha dejado de decir lo que debemos hacer. 

Por lo visto, optó por mirarnos con cierto embarazo,
como si su propio rol de pastor de ovejas hubiera mutado
hacia la visión de un tiburón, grande y fastuoso, 
que irrumpe en una pileta casi del todo helada,
y trae así un encanto evidente 
al invierno que recién comienza.





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