Dios como creación incuestionable
y a la vez centro de todas las subjetividades del mundo
en donde los hombres vuelcan sus miedos,
esperanzas, deseos de dominación y deseos de ser guiados.
Dios como uno capaz de ser moldeado
por nosotros, sus hijos, que a la vez
creamos, ensalzamos, interpretamos,
y aún así seguimos
a la espera de que se muestre
de manera incuestionable.
Pero una araña que camina por su tela
nunca termina de abandonar
el hilo que la sujeta.
sábado, 5 de octubre de 2019
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