Un insecto camina por el blanco del piso.
Estoy fuera de la pileta todavía mojado.
Viene hacia mí. Lo muevo
y el insecto en su ardor vuelve.
Sin pensarlo, lo muevo de nuevo con la mano
y queda herido fatalmente.
Para que no siga sufriendo lo mato.
Para él, antes y después,
el hecho no puede tener una interpretación.
Para mí, como siempre,
es el inicio de un mar de opciones;
hablan de lo que conozco como destino.
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