hacia una dirección
que desvanece toda forma innecesaria
y ahí lo dormido
me permite sentir
la tibia mano de una mujer
que me pide amor
delante de unas hortensias azules.
Ese día estábamos en la orilla del río a un costado de los silos, justo en la curva donde se ven unos juncos. En las cúpulas de chapa unas...
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