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martes, 24 de marzo de 2020
Duro metal convertido en camino
Encuentro con las rigideces. Volverse más versátil. Esas son todas palabras. Consignas. Deseos. Propuestas. El tema es "sentir" eso. Sentirlo hasta que sea propio. Algo adquirido. Para lograr eso no conozco otra receta que el esfuerzo, los días, las horas, una por una, miles y miles, cientos de miles de horas, en fila, a la espera, adentrándose en el cuerpo, trabajando en él hasta volver esa dureza algo más sutil, algo más blando. Lleva mucho tiempo y se requiere mucho ánimo. Y se necesita ciertas condiciones. Sobre todo mentales. Las condiciones, o lo que entiendo por condiciones, se limitan a tener cierta apertura; la suficiente para entender que no hay un discurso capaz de describir la existencia, que no hay "una" realidad, que no existe "una" filosofía. Ni siquiera existe un punto sagrado. Solo hay un montón de palabras que intentan sostener los hechos. Pero los hechos se amoldan en su propio espacio. Y a nosotros nos toca entender lo que sentimos entre los hechos y las palabras para construir nuestro propio camino.
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