Al final, lo más interesante, con el paso de los años, es desarmar los discursos. Esas creencias que uno tenía tan bien agenciadas.
Digo esto porque, al hacerlo, uno descubre que, en su gran mayoría, esos discursos estaban armados sobre bases muy alejadas de lo que en verdad, desde el punto de vista esencialmente existencial, uno necesita.
En ese sentido, es increíble cómo cambian las cosas cuando uno puede abstraerse de ciertas convenciones, de ciertos mecanismos programados en la psiquis que se relacionan con objetivos más que con necesidades.
Es curioso ese proceso. Digo esto porque, cuando uno puede desarmar los discursos, descubre que lo que nos define son las necesidades, no los deseos. Nuestro rumbo sigue a lo imperioso. Lo más fuerte. Eso es lo esencial en los hechos.
Pero lo que ocurre es que los deseos, en un mundo que trafica tanto y tanto con ambiciones, tienen mejor prensa. Ostentan los deseos el lujo de representar una tierra prometida, algo fantástico y al mismo tiempo, a veces, algo que parece factible. Pero, como dije, son las necesidades, esos impulsos que nos exigen las entrañas mismas, los que terminan tomando el rumbo de nuestros días. Y así, en realidad, sobre esos potentes toros, damos nuestros pasos.
No hay que preguntarse qué desea uno. Hay que conocer bien a esos toros. Y para eso hay que ver dónde están nuestras cualidades a la hora de formular dinámicas en donde las acciones fluyan en terrenos amorosos (porque más allá de todas las necesidades aparentes la más real es la del amor).
Lo único que nos despega del suelo es eso, pero estamos tan contaminados por mandatos, y super temores de incumplir con esos mandatos, que no solemos confiar en la fuerza del amor. Y lo que pasa también es que para amar en profundidad hay que trabajar mucho porque el amor no es solo un sentimiento de entrega a otro, es mucho más, es también un terreno de sabiduría que exige la versatilidad suficiente para encontrar la justa medida a las situaciones. Y eso sabemos que es muy difícil.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
De pronto
De pronto, todo en mi vida era perfecto. O tal vez, ideal en el sentido de que era todo lo que debía ser. Y cuando digo todo, hablo tambié...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Y desmoronado como estaba recibí el lazo sagrado. Entró en mí el juguete voluptuoso de Flavia. Y cuando entró, empecé a sentir un dolor que,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario