sábado, 4 de abril de 2020

Cuarentena día 15

Ya vamos quince días de cuarentena y es útil, tal vez, decir qué tipo de avances o conclusiones surgen de estos días de mayormente encierro y reflexión. Ahí vamos.

* Estar más cerca de la naturaleza pasa a ser mi prioridad.

* Estar en un lugar de silencio también. Me parece un capital inmenso. La tranquilidad. Tener garantizado el silencio (aunque me pregunto si alguna vez, cuando logre estar en ese lugar, no encontraré otro tipo de molestias que me demostrarán que mis problemas estrictamente estaban en otro lado -lo más probable-)

* La riqueza está en tener lo que uno realmente necesita. Es decir, todos tenemos necesidades muy personales -más allá de las convenciones sociales-. Por lo tanto, tener la posibilidad de librarnos de esos mandatos o ropajes, y atender a nuestra más genuinas necesidades, es muy importante; es clave.

* No hay verdades en la dimensión del espíritu; todas las hipótesis están en un estado -de aproximación más bien- a un punto que es inasible, y ese punto está condicionado por la mirada del sujeto. Las consideraciones que entran a la hora de sacar una conclusión son tantas que es erróneo pensar o creer que algo de lo que definimos es cierto, categórico.

*La versatilidad debe ser un modo que nos permita encontrar distintas formas de abordar los mismos espacios para así descubrir que las posibilidades que nos da la realidad son muchas más de la que nos acerca cualquier discurso en sí.

* Uno tiene una estructura psíquica que genera dinámicas que tienen sus fuerzas y contrafuerzas. Entender cómo operan es clave también para volver más versátiles esos procesos que tienden a endurecer nuestra mente y por lo tanto nuestros sentimientos.

*Mente y sentimientos están unidos. Cómo pienso tiene que ver con cómo me siento. Cómo me siento no miente nunca. La mente en eso es más ladina. Mucho más hábil para sembrar ilusiones o irrealidades que esconden en sí la necesidad de sostener ciertos discursos.

*Estamos atravesados por discursos que son en gran parte falsos, y que esconden trampas o mentiras que precisamos para enfrentar angustias, desamores, desencuentros, el dolor. Mantener esos discursos nos permite sentir que tenemos cierta identidad pero a un costo muy alto. Si miramos nuestro interior con franqueza veremos que somos muy diferentes de lo que pensamos.

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