El título podría ser:
"La victoria sobre...."
Y después "... las angustias
que azotan al cuerpo."
Vi ese título mil millones de veces
en los cuerpos y bajo mi ventana.
En la había de Nápoles.
En el pacífico en México.
En los filos de la cordillera.
Sí, esa canción la conozco
pero no termino de cantarla.
O en realidad,
se me hace difícil su tono.
Sin embargo la he mejorado
como se mejoran
las mandarinas con el frío.
O como lo helado se perfila
en el amanecer del invierno
en el medio de la Pampa
y en el agua sobre los techos.
Sí, así es. Durante las noches quietas,
heladas y azules también
he mejorado esa canción.
Sí, esas noches que mezclan el terror y el encanto
igual que esa canción de la que hablo.
Igual que los muchos días
que intenté llegar a un punto imaginario.
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