Volvieron los días de un otoño avanzado,
certero y gris que se vuelven quietos.
Sí, el barrio está cada vez más quieto
y los pájaros cada vez más contemplativos,
y el viento cada vez más frio.
Celebremos eso como celebramos
la mano imaginaria de la Virgen salvándonos
de morir ahogados en una pileta
cuando éramos muy niños.
Celebremos cada vez que nos salvó
algo o alguien durante un tiempo
que era amenazante y a la vez dulce.
jueves, 21 de mayo de 2020
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