Día de sol otoñal.
Otro día de un fin de semana.
Voy en bicicleta por un camino de campo.
Después de un buen rato,
noto que desemboca en un pueblo que tiene barrios cerrados
donde la gente se aglutina para guarecerse de los pobres
y de los ladrones. Algunas cosas no cambian con los siglos.
En este ya no hay mucho que decir.
Las verdades que alcanzamos son las del sentido común.
Advertimos que los discursos siguen a los temperamentos.
A las energías podríamos decir. Cada persona tiene su filosofía
así como cada persona tiene su vibración.
Alcanzar algo que supere ese tipo de murallas
es el trabajo de una vida.
El modo como los artistas se empeñan por mejorar su técnica
para acceder a otros espacios.
Un cielo que se abre a otros cielos.
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