El tiempo pasa rápido,
cada vez más rápido.
Cuando éramos jóvenes,
ese tiempo era más lento.
Una curva suave
entre las montañas
que después se volvía
más pronunciada
y, casi enseguida
dejaba ver
un valle.
Esa noche el aire templado en la noche quieta ampliaba el canto de los grillos, los plumerillos casi no se movían y en mi cabeza el camino...
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