La noche se acercaba cuando salí por el campo.
La noche amada y querida por los que alguna vez
tuvieron la oportunidad de ir por la oscuridad y el silencio.
La noche, decía, esa noche, se acercaba por todos lados
hasta que mi cuerpo estuvo tan oscuro como ella.
No había ruidos cuando pasó eso.
Los pensamientos por fin aparecían con su forma.
Y los suaves pasos lograban que una a una
las estrellas aparecieran mientras permanecía
acostado en la tierra, al costado de la ruta,
feliz porque ningún auto pasaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario