Salgo y paso por un barrio
y por otro; todos se parecen.
El sol declina sobre árboles
que inspiran a los pájaros.
No hay un rumbo ni acá
ni allá. Los años pasan
y sigo en los mismos
lugares, pero más viejo.
La sensación de vacío
se acrecienta en la medida
que paso un parque con mucha
gente que disfruta de la tarde.
La gente no suele
ir a ningún lado muy lindo.
¿O las personas siempre
le roban espacio a la felicidad?
No hay nada como ir al atardecer
en una canoa por el río
y pensar que ese camino de agua
no tiene fin.
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