Ibamos de pueblo en pueblo
y los lugares eran nuevos,
y las fiestas especiales,
y nosotros mismos
íbamos a ser únicos.
Y el tiempo pasó.
Y hoy vamos con la fuerza
de cosas imposibles de transmitir.
Y eso nos basta.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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